En un consejo de administración, un especialista en creatividad preguntó a 20 ejecutivos muy bien trajeados:
-¿Alguno sabe recitar un poema? Nadie respondió.
-¿Y componer una canción? Silencio.
- ¿Tocar un instrumento? Uno levantó la mano.
- ¿Pintar un cuadro? Otro levantó la mano.
Señores, qué hace la educación con nuestra creatividad? He hecho estas mismas preguntas en una guardería esta mañana y todos los niños sabían hacer estas cosas.
Este ejemplo viene a demostrar que nacemos creativos, pero luego se nos anima a enterrar la creatividad a base de instrucciones claras sobre cómo se deben hacer las cosas; y cuando la necesitamos, tenemos que hacer un gran esfuerzo para recuperarla.
Está comprobado que es más creativo un lugar abierto, con vistas y buena luz, que un lugar cerrado, sin ventanas y con luz artificial, pero eso no quiere decir que por poner unas mesa de ping pong y un par de plantas el lugar se convierta en creativo. La principal causa por la que la gente se queda quieta y paralizada es por miedo: al fracaso, a hacer el ridículo, a lo desconocido, al esfuerzo... . Si la cultura de la organización fomenta esos miedos, las ideas morirán antes de tener una oportunidad.
Para fomentar la creatividad en una empresa u organización, incluso en la familia, es más importante la actitud pasiva que la activa.
Conviene tener en cuenta que toda creación trae parejo un cambio y que los seres humanos somos reticentes a ellos, de ahí la resistencia de algunas empresas; es más fácil gestionar procesos que creatividades.
La creatividad y la mirada abierta nos ayudan a navegar con sol o con niebla, a llevar el timón con flexibilidad, escuchando el entorno con ritmo y con rumbo. En definitiva, nos ayuda a conseguir nuestros objetivos comerciales aportando un estilo actual a nuestra tarea día a día.
(Extracto del libro "Cre-actividad cotidiana).
Buena semana para todos,
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